Pestañas

Santa Clara de Asís

 


 

Santa Clara de Asís  Asís, Italia, religiosa y santa italiana. Seguidora fiel de san Francisco de Asís, con el que fundó la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas.

 
Nacimiento: 16 de julio de 1194, Ducado de Spoleto
Fallecimiento: 11 de agosto de 1253, Asís, Italia
Festividad: 11 de agosto 
Canonización: Papa Alejandro IV el 15 de agosto de 1255

 

La mujer en el siglo XII:

        La mujer en aquel tiempo tiene un puesto secundario en la vida familiar y social, variando su situación según su condición social: noble, libre, sierva del señor feudal. Por un lado, su situación en el matrimonio seguía siendo de gran sometimiento e inferioridad, se pasaba del dominio del padre al del marido, su acceso a la cultura casi cerrado.

Pero al ser un momento de cambio el siglo XII, también incluso llega a hablarse de una “época de oro” para la mujer. Algo está cambiando y moviéndose, crece su importancia en el trabajo y los negocios familiares, empiezan a asomarse al mundo cultural, su labor asistencial y humanitaria.

Su lugar en la vida cristiana es algo más sombrío. La vida religiosa femenina estaba en gran decadencia. Por ello comienzan a tener también presencia en los movimientos nuevos que van surgiendo en esa época.

 

Nacimiento, familia y juventud:

        Clara nace del matrimonio Facarone de Offreduccio y Hortolana.

       Su familia, pertenecía a la nobleza ciudadana militar y tenia su domicilio, con el resto de los Offreducccio, en un palacio situado en la plaza de la Catedral de San Rufino, en la parte alta de la ciudad donde vivía la nobleza asisiense.

          Al frente de la familia estaba Monaldo, hermano del padre de Clara, de su padre es muy poco lo que las fuentes biográficas nos dicen al respecto, posiblemente murió cuando Clara era pequeña.

          De la educación de Clara se hizo cargo su madre, de ella recibe Clara su espíritu emprendedor, su delicadeza y sensibilidad, su preocupación religiosa y por los pobres, y su dedicación a la oración ya desde su niñez.

          Es de suponer que al pertenecer a la nobleza su formación cultural, iría más allá de lo que era habitual en una mujer, también que fue educada según las costumbres de la época, en el arte de hilar y tejer, y también que fura preparada para el matrimonio con algún miembro de la nobleza, tratando de inculcar en ella los ideales de la mujer-esposa.

 

Exilio en Perusa:

          Siendo aun niña Clara, las continuas luchas en Asís, entre la nueva burguesía comunal y el pueblo llano, por una parte y la vieja nobleza feudal, por otra, obligo a la familia de Clara, a dejar la ciudad, en 1199, retirándose a una de sus residencias en el campo, y posteriormente, entre 1201 y1202 a exiliarse en la vecina ciudad de Perusa.

          Firmada la paz entre Asís y Perusa, la familia de Clara regresó a Asís, en torno 1205.

 

En búsqueda:

          Clara oye hablar de Francisco, todo Asís esta alterado, por el comportamiento del joven Francisco, también de la oposición de su familia por que su primo Rufino y algunos jóvenes de la ciudad se habían unido a Él.

          A Clara le cuestiona la forma de vida de Francisco y sus primeros compañeros. Ella en su casa hacia oración, atendía con solicitud a los pobres, eran frecuentes sus ayunos y llevaba directamente sobre las carnes una camisa penitencial, todo ello según era propio de los penitentes.

 

Conversión:

          Fuertemente impresionada por la conversión de Francisco y su forma de vida y la de sus compañeros, Clara fue madurando, durante cinco años, la idea de compartir la misma forma de vida de Francisco, tuvo una serie de encuentros con El.

          El Domingo de Ramos de 1212 por la mañana participa en la celebración litúrgica de ese día, según informa la Leyenda: “La joven, vestida con sus mejores galas, espléndida de belleza entre el grupo de las damas, entró en la iglesia con todos. Al acudir los demás a recibir los ramos, Clara, con humildad y rubor, se quedó quieta en su puesto. Entonces el obispo se llegó a ella y puso la palma en sus manos” (LCl 7)

          Por la noche de ese mimo día se fuga del hogar familiar, dicen sus biógrafos “con una discreta compañía”, en la Porciúncula es acogida por Francisco y sus hermanos y, previniendo las consecuencias, le cortan el pelo como signo de consagración y pertenencia eclesiástica. “Y asís, abandonados el hogar, la ciudad y los familiares, corrió a Santa María de la Porciúncula, donde los frailes, que ante el pequeño altar de Dios velaban en sagrada vigilia, recibieron con antorchas a la virgen Clara. De inmediato, despojándose de las basuras de Babilonia, dio al mundo “libero de repudio; y, cortada su cabellera por manos de los frailes, abandonó sus variadas galas” (LCl 8).

          Fue llevada al monasterio benedictino de san Pablo de Bascia, pensando que allí estaría protegida de la reacción de sus familiares. Después fue llevada a la iglesia de san Ángel de Panzo, mas cerca de Asís, allí se le une su hermana Inés, también huida y algunas jóvenes más.

 

Forma Vivendi:

          Clara y sus primeras hermanas se trasladan a San Damián, allí comienzan una nueva forma de vida, que nada tiene que ver con la vida monástica tradicional.

          Viven en una vivienda pobre y a las afueras de Asís, nada de convento o monasterio, trabajan, no tienen posesiones, ni dotes y trabajan con sus propias manos.

          “Y considerando el bienaventurado padre que no temeríamos pobreza alguna, ni trabajo, ni tribulación, ni afrenta, ni desprecio del mundo, sino que, al contrario, todas estas cosas las tendríamos por grandes delicias, movido a piedad escribió para nosotras la forma de vida en estos términos: Ya que, por divina inspiración, os habéis hecho hijas y esclavas del altísimo y sumo Dios, Padre celestial, y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo vivir según la perfección del santo evangelio, quiero y prometo dispensaros siempre, por mí mismo y por medio de mis hermanos, y como a ellos, un amoroso cuidado y una especial solicitud” (RCl 6, 2-4)

 

Los primeros años:

          En los inicios de San Damián la vida de las hermanas no debió ser muy distinta de la de los hermanos, salvo en la itinerancia y la predicación, vida en fraternidad, pobreza radical, ausencia de propiedades, trabajo, limosna, unen el retiro con la apertura a la ciudad, la soledad orante y contemplativa con la solidaridad con los mendigos y leprosos.

          En 1215, el Concilio Lateranense IV prohibía nuevas formas de vida y comunidades religiosas al margen de las Reglas tradicionales. La comunidad de San Damián se ve obligada a profesar la Regla benedictina, una regla que nada tiene que ver con lo que Clara con la nueva forma de vida que Clara está buscando.

          Clara viendo que la Regla Benedictina, permitía tener posesiones, le pide al papa Inocencio III, el Privilegio de la Pobreza, es el privilegio de poder vivir sin posesiones.

  

La lucha por una nueva Regla:

          Clara tuvo que luchar durante toda su vida por una Regla que estuviese en consonancia con su forma de vida. Tuvo que aceptar diferentes Reglas y Constituciones, que nada tenían que ver con lo que se vivía en San Damián, la resistencia de los papas a que no tuviera posesiones.

          Mientras tanto Clara escribía su propia Regla esperando que algún día fuera aprobada.

 

Identidad Franciscana:

        Clara convirtió de inmediato en fuente de inspiración de su Regla la Regla de los Hermanos menores. En esto se jugaba mucho, su identidad franciscana.

          Para Clara, Francisco fue una ayuda fiel y constante desde los inicios hasta su muerte, así fue su ultima voluntad: “quiero y prometo tener siempre, por mí mismo y por medio de mis hermanos, diligente cuidado y especial solicitud de vosotras no menos que de ellos”.

          Clara consideró siempre a Francisco como el fundador de aquella forma de vida y ella como su plantita. Así nos lo recuerda Clara constantemente en sus escritos hablando de Francisco.

  

Aprobación de la Regla y muerte de Clara:
 
    En 1253 el papa Inocencio estuvo en varias ocasiones en Asís, en los primeros días de agosto visitó a Clara en su lecho de muerte, Clara aprovechó la ocasión para pedir la aprobación pontificia de su Regla, a la que llama “Forma vitae”.

          Y el 9 de agosto de 1253 el papa dio orden para que se procediera a su redacción.

          Así narran los hechos sus biógrafos: “Y al fin de su vida, llamando a todas sus hermanas les recomendó encarecidamente el Privilegio de la pobreza. Y con grandes deseos de tener bulada la Regla de la Orden y poder besar un día la bula y al día siguiente morir, le ocurrió como deseaba; pues, ya próxima a la muerte, llegó un fraile con las letras bulladas, y, tomándolas reverentemente, ella misma se llevó la bula a los labios para besarla” (Proc 3, 32)

          El 11 de agosto tiene lugar la muerte de Clara en San Damián, y al día siguiente es enterrada en la Iglesia de San Jorge en Asís.

          Sólo dos meses después comenzó en Asís la recogida de testimonios para la canonización de Clara, dos años mas tarde el papa Alejandro IV, canoniza a Clara en la Catedral de Agnani, el 15 de agosto 1255.